¡La que se avecina!
El pasado quince de marzo, se celebraron las elecciones correspondientes al noveno proceso electoral para elegir a los representantes de los 17 Consejos Territoriales y determinar la composición del Consejo General. El resultado obtenido probablemente ya lo conozcáis; 147 Consejeros Territoriales para UP y 3 para AS. Entre tanto, la totalidad de los representantes, que formarán el Consejo General, serán de UP. Hasta aquí, nada nuevo bajo el sol.
Una vez superado, el “coitus interruptus”, que ocasionaron estos comicios electorales, se abre un periodo que presumiblemente, por lo menos en algunos aspectos, durará hasta el final del verano. En él, descubriremos la utilidad real que tienen muchos de los puntales, que UP y UTO, han venido insertando poco a poco en los cimientos de la ONCE; cierre generalizado de Agencias, reconversión de las Direcciones Administrativas, puesta a la venta de nuevos juegos -que cuanto más proliferan, más consiguen confundir a un público ya desorientado-, incremento considerable del número de Canales Físicos Complementarios, venta de productos ONCE por telefonía móvil,, venta de “rascas” por internet, instalación de maquinas expendedoras en bares y restaurantes, subida sustancial de los mínimos de venta, rescisión de contrato a vendedores de baja rentabilidad, –ciegos totales y discapacitados con movilidad reducida en su mayoría- extinción de un gran número de categorías profesionales, despidos objetivos por falta de cargas laborales, más recortes en los derechos laborales, etc.
Mientras todo esto esté ocurriendo, un grupo de directivos sin escrúpulos, seguirán esquilmando la caja y pagando indemnizaciones desorbitadas –en compensación por los servicios prestados- a jefecillos de turno a los que no les habrá temblado la voz al decirle a más de un ciego “te vas a la calle, porque no eres rentable para la ONCE”.
Mientras la Ministra Leire Pajín –máxima responsable de velar por los intereses de todos los afiliados a la ONCE- prefiere mirar para otro lado y hacerse la foto con los que se están repartiendo la herencia, cuando el muerto todavía está en la UCI. Pero no es ella la única culpable, para ser justos, el número de responsables tendría que ser ampliado en varias direcciones: en primer lugar, la mayoría de los afiliados a la ONCE, por votar a una opción política que poco o nada defiende sus intereses. Aunque en su descargo, se puede decir que muchos lo han hecho bajo presión, pero aún así, nos parecen demasiados votos para UP, con lo que está cayendo y en segundo lugar a los trabajadores quienes, con su plena sumisión, han permitido que les hayan ido usurpando la mayor parte de los derechos laborales, que hacían de nuestra Institución un modelo que en todas partes se elogiaba, llegando a consentir con su indiferencia que poco a poco haya pasado a ser una Empresa sin escrúpulos cuyo prestigio está por los suelos.
Desde el momento en que esta nota vea la luz, es seguro que saldrán los títeres de siempre, descalificando el trabajo de CCOO y tachándonos de alarmistas. Por desgracia, esta es una nota realista y muchos trabajadores y afiliados de la ONCE padecerán en sus carnes algunas de las situaciones que enumeramos anteriormente.
Entre tanto, tenemos noticias de que otros están negociando su salida de la ONCE, por el módico precio de 6.000.000 € (seis millones de euros) y como decía el célebre José María, cuando el arroyo suena, es que agua lleva.
Sección Sindical
CCOO ONCE