lunes, 11 de junio de 2007

Nota mayo 2007


los directivos de la once contra el cupón

Desde su creación, en 1938, la ONCE ha generado sus recursos, casi en su totalidad, mediante la venta del Cupón.

Como consecuencia de la crisis que viene sufriendo este producto desde mediados de los 90, se han introducido cambios y nuevos productos, en general con bastante desacierto, entre los que se cuenta la implantación, a partir de finales de 2003, del Cupón Electrónico, a través del TPV. Esta herramienta cuya funcionalidad en general, es muy útil para el vendedor, hasta este momento no cumple las expectativas que tenían puestas en ella nuestros directivos, por lo menos en lo que se refiere a la venta de cupones electrónicos. Pero aunque los TPV no están cumpliendo su objetivo referente a la venta, en gran parte por una mala planificación llevada a cabo por estos directivos que tenemos, éstos se empeñan en que el cliente “pase por el aro del TPV”, para lo que no se les ocurre nada mejor que rebajar los topes de cupones preimpresos a los vendedores. Esta medida ya la ejecutaron hace algún tiempo, sin que los resultados obtenidos indicaran, que ese era el camino a seguir, por lo menos sin hacer antes una buena campaña de información y publicidad del cupón Electrónico al público y sin estudiar concienzudamente el mercado de este producto. Pero claro, eso sería pedir que nuestros directivos fueran competentes, nada más lejos de la realidad, pues ahora reinciden en el mismo error volviendo a rebajar los topes de cupón preimpreso a los vendedores que ven como se recortan las posibilidades de venta del cupón tradicional, sin que el electrónico les compense, con lo que sus ya precarios ingresos se resienten alarmantemente.

Tomar este tipo de medidas consideramos que es una irresponsabilidad porque, si bien abarata costes, (el cupón electrónico tiene menos coste de producción) si no compensa la pérdida de ventas del cupón ordinario, a la ONCE no le debería interesar, a no ser que, como el Gobierno le compensa sus pérdidas vía subvención, aumentar o no el volumen de recaudación carezca de interés para sus dirigentes.

Pero si para ellos carece de interés, pues sus ingresos están muy por encima de todo eso, no ocurre así con los trabajadores y, sobre todo con los vendedores, cuyos salarios, en relación con la duración de las jornadas de trabajo y de la presión a que están sometidos, son, en demasiados casos, francamente escandalosos.

Y a estos ¿quién les compensará de las pérdidas sufridas por la mala gestión llevada a cabo por los dirigentes de la ONCE?

SECCIÓN SINDICAL
CC.OO. – ONCE de VALENCIA